En el año 2014 empezó el proyecto Jóvenes Fotógrafos de Galápagos como un sueño personal que me permitiera utilizar la fotografía como una herramienta de conservación y educación. Diez jóvenes que cursaban el programa de Bachillerato Internacional del Colegio Nacional Galápagos confiaron en mi para guiarlos en sus primeros pasos como artistas fotográficos.
El apoyo de los padres de familia, las autoridades del plantel educativo y la comunidad fue importante. Su respaldo y confianza hizo posible la consolidación de esta iniciativa que en tres años ha seguido sumando más participantes. Son 50 los jóvenes que me han acompañado en la aventura de descubrir Galápagos, sus especies, su ecosistema, su fragilidad y la importancia de la conservación a través de su enfoque con una cámara fotográfica.
La combinación de teoría y práctica despertó el interés de los estudiantes galapagueños desde las primera clases. Desde el inicio resolvimos factores por cuenta propia, como la escasez de cámaras profesionales para la práctica. Compartir se volvió un estilo de vida en clase. Y el autofinanciamiento permitió que este grupo de fotógrafos de Galápagos expusiera sus fotografías ante la comunidad de Santa Cruz, San Cristóbal y en galerías de Quito y Guayaquil.
Todavía queda mucho por hacer en este trabajo con la juventud de Galápagos, ya que si solamente uno de ellos comprende que es necesario conservar la naturaleza tendremos a un futuro líder con una visión que puede aportar para tener un mundo que todos podamos disfrutar ahora y en los próximos años.
Para seguir es necesario el auspicio de más personas, instituciones y organizaciones que nos ayuden a contar con mejores equipos, logística y dar el salto a la implementación de becas para que jóvenes de diferentes latitudes se vinculen a nuestro programa, así tendremos a un futuro guardián de la naturaleza, difundiendo su belleza y cuidado a través de la fotografía, no solo en Galápagos, si no en cada ciudad del mundo.
Podemos hacer muchos sueños realidad.
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